El escocés Andy Murray obtuvo la medalla de oro de los Juegos Olímpicos de Londres al vencer en la final al suizo Roger Federer por 6-2, 6-1 y 6-4 cobrándose la revancha de la final perdida de Wimbledon con el adicional que este éxito de Murray fue ante su público.
El comienzo del encuentro se dió como en la final de Wimbledon donde Federer empezó el encuentro predominando con su golpe de derecha pero Murray fue tomándole el pulso al partido y demostró que el encuentro no iba a tener el mismo final de Wimbledon.
Murray se impuso en el primer set y se pensó que Federer tendría reacción pero se mostró sorprendido por el buen nivel del escocés que se impuso en los siguientes y logró el triunfo más importante de su carrera.
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